El marketing es un conjunto de técnicas que ya sobrepasan el entorno de lo comercial, que es para el entorno que se creó. Hoy en día podemos hablar de marketing social y para nada tiene que ver con ningún aspecto comercial.

Su sistema para identificar las necesidades de los consumidores y satisfacerlas, es igual de útil para identificar y satisfacer las necesidades de tipo social o humanitarias. Por lo tanto su ámbito de actividad no está restringido tan sólo al entorno empresarial, sino que además se puede aplicar a ONG´s, fundaciones o incluso al Estado.

Estos nuevos ámbitos de actuación abarcan todo el marketing social, que además también pueden añadirse las campañas de tipo social que las organizaciones realizan para que su público objetivo las reconozca como empresas que se preocupan por el ámbito social, humanitario o ecológico.

A través del marketing social, las empresas diseñan estrategias para mejorar su imagen o para que las identifiquen como empresas honestas y sensibles con lo que pasa a su alrededor. Además, en la actualidad potencia esta comunicación del marketing social a través de las nuevas herramientas como las redes sociales y las innovadoras tecnologías.

La definición de marketing social la dieron Kotler y Zaltman en el año 1971 y lo describieron como el conjunto de supuestos y técnicas de marketing comercial, aplicadas en campañas humanitarias, sociales, espirituales o ecológicas y que benefician al conjunto de la sociedad.

Cómo el marketing social beneficia a las empresas y la sociedad

Hay que tener claro que el marketing social en sí, es una metodología sin ánimo de lucro, pero que reporta beneficios, tanto para las empresas que lo ejecutan como para la sociedad en general.

Entre las múltiples ventajas que las empresas pueden sacar del marketing social, encontramos por ejemplo, una buena reputación ya que son empresas que ayudan a eliminar o minimizar algunos problemas sociales, por lo que la imagen de marca mejorará. Otro punto por el que también sacan rentabilidad las empresas, es que cualquier recaudación de dinero por parte de las empresas, que vayan destinadas a fines sociales se puede deducir de impuestos. Por último pueden potenciar las ventas o ampliar la cartera de sus clientes ya que las personas prefieren consumir productos y servicios de empresas socialmente comprometidas.

Por otra parte, el marketing social también beneficia a la población de forma global. Hay veces que el Estado, o que la sociedad en sí, no pueden hacer frente a ciertos problemas humanitarios, sociales o ecológicos así que el papel que juegan las empresas socialmente responsables es fundamental. Con su actuación ayudan y mejoran la situación de las personas que reciben la acción social, y esto contribuye al bienestar general de toda la sociedad.